lunes, 9 de diciembre de 2019

Solteronas y mariliendres


Solteronas y mariliendres



Tengo un amigo


Tengo un amigo. Uno de esos con sus cinco letras y las consecuencias que conllevan. El tipo de personas que se enfada con los que te hacen daño, se ríe de tus bromas, te acompaña a los sitios cuando lo necesitas, y, claro, se queda contigo allí donde estés hasta que haga falta –y viceversa-. A este amigo mío no me lo he tirado. Una vez lo intentamos, pero fue imposible. La cosa es que este amigo mío con cinco letras y sus consecuencias es gay.

Está de moda tener amigos maricones: ir con ellos de compras, darles picos siempre que te los encuentras, ver musicales juntos… Vamos, todos esos estereotipos que me dan tanto asco. Nosotros no somos así. Creo. A lo mejor sí lo somos, pero no me doy cuenta. Desde luego nunca nos besamos en la boca, ni vamos a conciertos de Madonna, ni le llamo tía o guapa o algo en femenino. No por nada, es que simplemente no me sale. Tampoco lo hago con Belén ni con ninguna de las chicas, así que por qué iba a hacerlo con él.

Las mariliendres son esas jóvenes -principalmente gordas y con un flequillo muy espeso


Yo no creo que yo sea eso que llaman ‘mariliendre’. Las mariliendres son esas jóvenes -principalmente gordas y con un flequillo muy espeso- que se pasan el día con julais y nunca follan. Suelen ser graciosas, pero hablan como se espera que hable un homosexual. Es decir, que son maricas con vagina y sin sexo. En definitiva, un coñazo.

Las solteronas antes, en la época de nuestros abuelos, se pasaban el día en misa, cosiendo o haciendo obras de caridad. Ahora el rollo es más salir de marcha a sitios como el Elástico o el Ocho y medio y bailar cual demente con un montón de locas. También se lleva vestir de colores pastel o flúor, ver series como Sexo en Nueva York o Mujeres desesperadas, y leer revistas del estilo de Vanidad y Neo2. A mí me parece bien, lo respeto, sólo que espero nunca convertirme en una de ellas. Sobretodo por las implicaciones que supone, básicamente no comerte un colín.

Lo que más me gusta de mi amigo es que se acuesta tarde y siempre que tengo un problema le puedo llamar para contárselo. Aunque sea más de medianoche. Él a veces también me busca a altas horas, y a mí me encanta. Me gusta cuidarle, saber que alguien me necesita. A veces pienso que le pusieron aquí para que yo lo encontrara y me preocupase por él.

Gonzalo –así se llama mi amigo- es escritor. Él todavía no se ha percatado, yo sí. Estudió Comunicación Audiovisual y está tan perdido como yo. Nos conocimos en la editorial para la que trabajo a veces –principalmente en vacaciones-, entramos a la vez un día a entregar un manuscrito. Como nos hicieron esperar mucho rato en un despacho, terminamos charlando. Conversar con él es lo más divertido del planeta. Leer sus mails, lo segundo. Por eso digo que es escritor y que no lo sabe aún.

Ahora cuando se va de la ciudad por algún motivo, le echo mucho de menos. Sí, me parece que eso es lo que llaman ‘tener un amigo’. Hoy necesito a mi amigo.

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jueves, 7 de noviembre de 2019

Los zapatos mágicos


Los zapatos mágicos




El otro día decidí ponerme mis zapatos mágicos. Son unos naúticos que compré en Inglaterra hace más de una década, que deberían estar gastados y rotos; pero que se conservan de maravilla. De hecho diría que cada día están más nuevos.

La verdad es que había evitado calzarlos durante mucho tiempo, porque, al atarse solos, me hacen sentir un poco inútil. Pero bueno, me dio por ahí. A otros les da por perseguir moscas con un periódico enrollado en invierno, qué sé yo.

Salí de casa muy pronto, como a las 12.oo de la mañana, y casi me helé de frío. Imaginé por un momento que mi corazón era una hoguera, pero nada. Luego pasé a recordar las castañas asadas que comía en la feria de pequeño, pero ni por esas conseguí entrar en calor. Menos mal que mis zapatos mágicos hicieron su trabajo y me llevaron a un país cuya frontera estaba, curiosamente, dos calles más abajo. Allí sí hacía calor y todo el mundo sonreía. Todos menos yo, que todavía estaba congelado.


"Si escribes sobre mí, evita a toda costa las metáforas manoseadas".


Un chico bastante atractivo se acercó hacia mí y me dijo algo en un idioma inteligible. Tenía el pelo rizado, los ojos de color negro azabache, los dientes como perlas y una camiseta en la que se leía, en perfecto español: "Si escribes sobre mí, evita a toda costa las metáforas manoseadas". El caso es que me pareció agradable y le seguí. Tras una larga caminata que se me hizo muy corta, entramos en un cine vacío y no sé por qué, todo tenía un aire familiar, como de añejo. Nos sentamos juntos en mitad de la sala, a pocos metros de la pantalla, aún en blanco. Empezaba a sentirme intrigado por el muchacho de las metáforas y noté cómo pequeñas maripositas de colores subían por la garganta desde mi estómago. Cerré la boca con fuerza, pero las muy pícaras empezaron a salir por las orejas. Me sentí muy mal, porque no quería caer en más lugares comunes ni utilizar más recursos de mal escritor. Al chico misterioso no pareció incomodarle y sonrió de oreja a oreja, mientras que mis mariposas enredaban en su pelo. Aquéllo me tranquilizó bastante.

Comenzó la proyección y con ella, los anuncios. Todos eran mudos, así que no tuve mayor problema con el idioma. Me impactó mucho uno en el que un amable señor nos informaba de una nueva legislación que contemplaba penas de hasta 20 años de cárcel para las personas que osaran entrar en la sala con el móvil encendido. Mi acompañante no pareció contrariado: estaba demasiado ocupado jugando con mis mariposas. Cuando comenzó la película, un desagradable escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Conocía todos los actores y recordaba la mayoría de los diálogos. Era una película sobre mi vida, aunque en ella aparecía como un ser egoísta, imbécil y un pelín desaliñado. Me sentí muy ofendido, pues yo siempre he sido amable, guapo, inteligente y modesto. Además, a mí todo el mundo me había querido siempre.

Pero eso no era lo que se veía en pantalla. Vi a antiguos amigos llorar por mis traiciones, a familiares jurando que jamás volvería a sus casas. Volvi a vivir antiguas decepciones, viejos amores y juguetes rotos. Me sentí muy mal cuando vi que a nadie parecía importarle que había desaparecido de España con unos zapatos ingleses. Miré a mi lado, pero el chico ya no estaba. Tampoco quedaba rastro de las mariposas.

Salí despavorido de allí. Me pesaban muchísimo los pies, eran como dos losas de cemento. El camino hacia la frontera de ese extraño país se volvía cada vez más largo, interminable. Hacía un frío glacial. Se hizo de noche y luego de día, pero ya no hacía sol y nadie me sonreía. Es más, creo que ni siquiera se daban cuenta de que estaba merodeando por allí.

Tras varios días de huída hacia adelante, por fin llegué a casa. Estaba hambriento y necesitaba una buena ducha. Pero antes de nada, me quité los zapatos (pesaban una tonelada) y los tiré a la basura.

Cuando entré a mi habitación, allí estaban de nuevo, a los pies de mi cama. Limpios y relucientes, como siempre. Nunca más he vuelto a ponérmelos.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Amor y desamor

Amor y desamor

Amor y desamo


 No me lo creí demasiado. Al principio todo empezó bien, no me importaba nada, el amor, no me importaba en serio.
Hasta el día en que se rompió la verdad, ese día famoso cuando me dijiste que me querías.
¿Mi reacción?
No me lo creí demasiado, no sabía si era sincero o no. Y cuando los sentimientos se asentaron, comenzaste a ocupar un lugar en mi corazón, un lugar enorme;
¿Quién estaría destinado para ti para siempre? Te amé como nunca, te sigo amando y siempre te amaré.
Me dijiste que me amabas, que nada podía separarnos, pero nunca dijiste que te amaría así. No sabes lo que siento por ti, ¡es una locura!
Verás, incluso si trato de convencerme a mí misma de que solo eres un idiota, que no te preocupas por mí, que tan pronto como puedas hacerme sufrir, lo harás, hay algo detrás. de mí, que me dice que eres un buen hombre, que un día confesarás tus sentimientos, que un día tú y yo nos volveremos a encontrar, como antes.


¡Juro que me duele escribir todo esto, me da ganas de llorar, de gritar

¡Juro que me duele escribir todo esto, me da ganas de llorar, de gritar! Porque cuando pienso en todo lo que hice para ganar tu corazón y no funcionó, al menos te dejé ir, me da ganas de romper todo, volver y para demostrarte cuanto te amo Pero tú me conoces, no soy el tipo de chica que confiesa sus sentimientos, que dice lo que siente, que soy más quien te lo mostrará y te lo demostrará a su manera.

 TE AMO   ! ¿No lo entiendes? No ves que pienso en ti todos los días, las 24 horas. Que tan pronto como te veo quiero abrazarte y besarte. Que tan pronto como te vea sonreiré. Que me hagas flotar, que quiero estar a tu lado para siempre.

Y sí, lo siento si cae sobre ti, pero yo tampoco quise, no vi venir nada. Si hubiera sabido que te amaba tanto, créeme, no estaría apegada a ti de esta manera.

Sí, podría haberte dicho que te amaba, que eras el chico que necesitaba, el chico perfecto, que era contigo que quería pasar mis días, mis noches; Pero dime, ¿o nos habría llevado todo esto? Todo este camino juntos que hemos recorrido de la mano, en secreto, con discreción, sin que nadie lo sepa, este camino que hoy no se reduce a nada, este camino que se divide. en dos Con ustedes fue diferente que con otros. Cuando éramos los dos, no eras igual que con tus amigos, eras realmente el chico perfecto, el que quería tener conmigo por toda la eternidad ...

jueves, 29 de agosto de 2019

Mi vida era simple y llevadera

Mi vida era simple y llevadera





Roto


Mi vida era simple y llevadera, sin apenas obstáculos entre A y B. Llegar a C era toda una novedad hasta que tú, maldito diablo de mirada tranquila, aumentaste las revoluciones por minuto que regían mi existencia.

Yo era alguien hasta que llegaste y lo destrozaste todo. Tenía unos esquemas, una filosofía de vida, un modo de sentir y percibir el mundo.

Pero decidiste que eso no era suficiente. Que nada era bastante. Que todo y nada serían la misma cosa, aunque en verdad nada es todo si uno se lo propone. O no.

Me da igual que me hayas roto, pues de todo lo malo se aprende. Recogí los pedazos de mi ser, los recompuse como pude y la máquina aún sigue funcionando. Bastante mal (he de decir), pero mejor de lo que piensas.

Porque, al fin y al cabo, nadie es imprescindible.

jueves, 15 de agosto de 2019

Cosas que no te dije, ni te diré


Cosas que no te dije, ni te diré

 A ti:




Y ya ha pasado un tiempo desde que nos vimos por última vez, y he pensado en ti, no sabes cuanto, volvías  a mi mente de la  manera mas tonta, cualquier cosa hacía que te recordara.

Recuerdo la primera vez que nos vimos, tu mirada buscándome entre la gente, y yo sin creer que me mirabas a mi, tu sonrisa, tu voz,   tu primer beso , ese,  en el que  mis amigas comentaron que parecía que nos conociéramos desde  siempre, nuestra complicidad desde el principio , había química, aunque  después de nuestra primera noche pensé que no te volvería a ver, por mucha complicidad y química  una noche sólo es una noche , pero el frío de Madrid hizo que  te acordaras de mi , no sé si hubiera sido mejor que no lo hubieras hecho .pero lo hiciste,  nuestra conversación fue surrealista , aunque  me enganchaste, algo me hizo pensar que valía la pena seguir conversando,  el tiempo me dió la razón y después me la quitó

No me engañaste fuiste sincero, sabías lo que no querías, lo que querías,  pero tu mirada, tus ojos,  me decían otra cosa, quizás  fuera lo que yo quería ver, es tan difícil mirar con los ojos de otro,  los matices son  tan diferentes

Sabes??? Uins!!!!! cuantas veces utilicé esa palabra cuando hablaba contigo, me gustaba estar contigo,  me motivabas,  me provocabas,  me seducías,  y a su vez me encantaba como te provocaba, como te motivaba, como te seducía, pero al final tus dudas, tus miedos te ganaron  e hiciste que me fuera, que me apartara de ti, y sí ,  me ha costado sacarte de mi corazón, sacarte de mi mente , pero sabes???  habrán momentos en los que volverás a mi recuerdo, pero ya no estaré triste, la vida sigue, y ahora sé que puedo volver a querer, puedo volver a sentir,  ya no me pesas, se acabó

Te quise , no me atreví nunca a decírtelo a la cara , te lo dije con mis gestos, con mis miradas, con mis besos, con mis caricias , con mi cuerpo, pero  nunca me atreví a decírtelo con mi voz, ahora ya estoy  en paz conmigo mismo , lista para seguir hacia delante.

lunes, 15 de julio de 2019

la importancia de una mirada

Una mirada




El otro día descubrí la importancia de una mirada salvadora a tiempo, de un toque de suavidad que consiguió mitigar mi agobio. Hay personas que están en nuestra vida por alguna razón - aunque no sepamos cuál y probablemente no podamos averiguarlo jamás.

Pero aquella mirada tan triste y directa no se me olvidará nunca, por desgarradora, verde y llena de esperanza. Parece mentira que algo tan contradictorio sea posible, pero afortunadamente lo es. La visión del dolor en sus pupilas me hizo sentirme seguro, y de qué manera. Porque no era un dolor dañino, ni un encanto triste: era sincero, preocupado y libre de segundas intenciones. Era el malestar dulce de quien quiere hacerte saber que te aprecia pero no se atreve a hacerlo con palabras. Fue el mejor toque de atención de mi vida.


Atrapé la mirada -tan pequeña, tan cristalina, tan aceitunada- y la recluí en un tarrito de cristal.


Por una vez, no estuve torpe y contesté. Atrapé la mirada -tan pequeña, tan cristalina, tan aceitunada- y la recluí en un tarrito de cristal.
La tengo a bien recaudo, en el cajón de los calcetines que no me pongo nunca.

Quien me miró así ha dejado de hacerlo de forma furtiva. Básicamente porque ahora está conmigo, a pocos metros, saboreando una pera dulce y con los pies descalzos. Me mira, pero no con dolor indoloro; sino con ilusión inocente. Con los mismos ojos que un día dijeron "basta" y ahora dicen "qué pesado eres". A través del mismo cristal por el que yo la admiro.

Pero no abriré el frasquito nunca. No dejaré escapar a mi mejor medicina.

jueves, 11 de julio de 2019

intentandoescribir conesta merdade teclado

intentandoescribir conesta merdade teclado


absurdo


intentandoescribir conesta merdade teclado,yo  que quería escribir sobrelos sucesoacontecidos en mi vidaeneeste últimoaño,perono hay manera, las palabras se engachanno respetansusespacios y de esta manera nose puede, mira que estaba yo inspirada, pero lainspiración se meha ido al carajo y lo quehe cogido hasido el enfado del día,porque aúnhabrá quiennoselo  creapero me enfadoun par de veces o más en eltranscurso de él , lo cierto  esquesé desenfadarme con rapidez y como a parteultimamente tengomemoriadoris pues es la ventaja que tienenlosque me rodean,aunque con estepuñeteroteclado; téngase encuenta que yo le doy al espacio pero ni por esas;pueseso que lo dejopor que al final lo único que estoyconsiguiendoes que me cojan unssofocosque  pa que,yyahace demasiada calor

pd.que malo es elaburrimiento,yeltecladoclaroestá

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